Ésta es una de las conclusiones elaboradas a partir del Encuentro que, el pasado mes de octubre, celebró la Alianza Nacional contra el Hambre y la Malnutrición de España (ACHM-E) de la que forma parte READER.
El 2% de la población española reconoce padecer hambre, mientras que el 16 por ciento confiesa tener una dieta inadecuada. Ésta es una de las conclusiones elaboradas a partir del Encuentro que, el pasado mes de octubre, celebró la Alianza Nacional contra el Hambre y la Malnutrición de España (ACHM-E) en Avilés y Oviedo. Así lo manifestó hoy el director de la entidad y catedrático de la Universidad de Oviedo, Benito Aláez, en la reunión que la ACHM-E celebró en el edificio histórico de la Universidad de Oviedo.
Durante la reunión, a la que asistió Jesús Álvarez Barbao, como representante de la Red Asturiana de Desarrollo Rural, todos los asistentes abogaron por un cambio de perspectiva en las políticas de servicios sociales, entendiendo que la malnutrición es una causa y efecto de la pobreza.
La Encuesta sobre el gasto familiar en España muestra que el porcentaje de gasto destinado a la alimentación se está manteniendo en parámetros similares durante los últimos años. Sin embargo, los datos recogidos por las principales fuentes de datos evidencian que cuantos menos ingresos económicos hay en un hogar más elevado es el porcentaje de renta destinado al gasto en alimentación. Si se tiene en cuenta que el porcentaje de personas obesas pertenecientes a colectivos socioecónomicos vulnerables se ha incrementado entre 2003 y 2011, se pone de relieve la relación que existe entre la pobreza y la alimentación inadecuada más que entre pobreza y hambre propiamente dicha. Es decir, los datos ponen de relieve que aunque sigue existiendo un sector de la población que podría estar privado materialmente de alimentos suficientes y, por tanto, sufrir hambre en sentido estricto, el mismo porcentaje de personas en esta situación sólo ha aumentado ligeramente respecto a la situación de hace diez años.
Población Infantil
Los datos recogidos no sólo muestran que el consumo de verduras y frutas es mucho menor que el de carne o embutidos, sino que además el 2.8% de la población escolar española presenta déficits alimentarios en el desayuno. Además, el 16% de los niños sufre sobrepeso. Cabe añadir, además, que la incidencia de la obesidad está directamente relacionada con la clase social.
Demandantes de ayudas
El perfil de los demandantes de ayudas son familias jóvenes con hijos pequeños e hipoteca que vivían con lo justo; mujeres solas con cargas familiares y parados de larga duración. Los mecanismos de adaptación más utilizados con la familia, los comedores sociales y la economía informal.
Algunas organizaciones están buscando nuevos ejes de intervención como, por ejemplo, fomentar la empleabilidad, formando y acompañando a nuevos emprendedores.
En definitiva, y según explicaron los asistentes, debe realizarse un cambio de perspectiva, entendiendo la malnutrición tanto como causa y como efecto de la pobreza: “Estoy malnutrido porque soy pobre y soy pobre porque estoy malnutrido”.
La Alianza contra el Hambre y la Malnutrición es una iniciativa mundial de progreso que vincula organizaciones e instituciones de ideas afines implicadas en la lucha contra el hambre y la malnutrición. Pretende ser un foro que reúna voluntades y emprenda actuaciones concretas para erradicar al pobreza extrema y el hambre.
La Universidad de Oviedo es una de las instituciones impulsoras de esta iniciativa junto con el Ayuntamiento de Avilés, el Ayuntamiento de Gijón, el Ayuntamiento de Oviedo, la Consejería de Bienestar Social y Vivienda del Principado de Asturias, Cooperativas Agroalimentarias del Principado de Asturias (UCAPA), la Fundación Alimerka, la Fundación Banco de Alimentos de Asturias y la Red Asturiana de Desarrollo Rural (READER).
Informe: Conclusiones I Encuentro ACHME
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