Tratar de discernir por qué unos pueblos se desarrollan de una manera más adaptativa frente a otros en teoría en un mismo contexto llevó a Alistair Adam Hernández, investigador de la Academia para el Desarrollo Territorial Leibniz (Hannover) a realizar su tesis doctoral sobre la resiliencia, un amplio concepto del que nos despejó algunas dudas y explicó cómo se está incorporando al desarrollo de las estrategias Leader en Alemania. Esta conceptualización y cómo aplicarla centró el webinar ‘Resiliencia rural en Alemania, ¿sobrevivir a la crisis o crecer con ella?’, organizado por la Red Asturiana de Desarrollo Rural.
Nacido en Tenerife, Alistair Adam Hernández se presentó como un canario que en 2009 decidió irse a Alemania a completar sus estudios sobre gestión del desarrollo territorial. Desde entonces ha trabajado en temas relacionados con este campo y el Leader. Comenzó su charla ubicando el punto en el que se haya este programa en la República Federal de Alemania para el período 2023-2027, basado en la información distribuida el pasado mes de marzo por el Ministerio Federal de Alimentación y Agricultura, un borrador del ‘Plan Estratégico Nacional – PAC’.
En este nuevo período el país centroeuropeo contará con 372 Grupos de Acción Local (GAL), frente a los 321 actuales, que serán elegidos en los próximos meses y que contempla la redistribución de territorios y la creación de algunos nuevos centrados en las especificidades de algunos determinados. El volumen total de fondos públicos para este período es de aproximadamente 1.650 millones de euros, lo que representa en torno al 14% de los fondos públicos FEADER (segundo pilar), con un porcentaje de cofinanciación pública nacional/regional del 80%. El Leader se convertirá en una de las cuatro categorías de intervención principales del FEADER.
Cada GAL recibirá, de media, unos 4,4 millones de euros, aunque esta cifra varía desde los 2,4 de los estados que menos apuestan, un 6% del FEADER a nivel regional, a los 18,4 de los que más apuestan, como Sajonia, con un 36%. De hecho Sajonia es la primera región europea en cuanto a presupuesto, seguida de Asturias. Adam Hernández ha señalado que el enfoque Leader bottom-up (de abajo arriba) cada vez sustituye más a los programas regionales clásicos, con una perspectiva de arriba abajo.
El estado federal central alemán quiere posibilitar todo el margen de maniobra posible a nivel regional (entendiendo como regional cada uno de los estados federales que conforman la República Federal); se recomienda la implantación de costes simplificados, algo que se pretende hacer de forma unificada en todo el país, “poco habitual en Alemania”, señaló el investigador; y en principio es la estrategia de desarrollo territorial de los GAL la que debe definir los porcentajes subvencionables según el tipo de promotor de acuerdo con el reglamento PAC: 100% para promotores públicos, 65% como máximo general para los privados, pero con muchas excepciones, llegando también hasta el 100% como sería los servicios básicos a la población rural.
El ponente introdujo algunas aclaraciones del concepto resiliencia, imbricado ya en la documentación de la Comisión Europea, pero que aún es “bastante abstracto”, aunque sí señaló que, en el caso alemán, tras la pandemia y diferentes inundaciones que se produjeron en el país, “hay mucha sensibilización sobre el cambio climático y cómo va a afectar al entorno rural”. Esto ha sido palanca para ciertos estados para colocar la resiliencia en su estrategia, como Baviera o Renania del Norte-Westfalia. Lo que sí aclaró Adam es la necesidad de que este nuevo concepto a introducir “sea una herramienta de empoderamiento y no otro concepto abstracto y limitante”.
Sí que planteó también la reflexión si la resiliencia es otra moda pasajera para el desarrollo y afirmó que no sólo vale con poner el concepto encima de la mesa. “Resiliencia viene del latín resilire, que quiere decir rebotar o volver al estado original. Es un concepto resbaladizo porque nos lo encontramos en varios campos con acepciones diferentes: puede ser algo robusto, como un diamante, con un concepto muy estático; a un muelle, que encaja más con el concepto latino ya que vuelve a su estado original al dejar de aplicar una fuerza; también es metáfora de la adaptabilidad como un árbol moldeado por el viento pero que, cuando el viento para, así se queda; y el concepto de transformación, cuando se gestiona una crisis y somos capaces de convertir en otra cosa lo que parecía negativo, como hace una ostra con un grano de arena, que acaba siendo una perla. “La resiliencia es tanto la capacidad de resistir como la capacidad de cambiar en tiempos difíciles o inciertos”, aclaró.
Tras este acercamiento al concepto, Alistair Adam Hernández se adentró en su tesis ‘El pueblo resiliente’ (Das resiliente Dorf), publicada en marzo de 2021, un estudio centrado en tres localizaciones de Inglaterra, España y Alemania entre 2016-2020, lugares en los que residió tres meses y medio y en los que realizó un trabajo de campo que contemplaba la realización de encuestas y la inmersión en el entramado social. El fin era determinar qué características tiene un pueblo resiliente, si es posible promover o estimular la resiliencia con medidas y procesos concretos. “En definitiva, ¿cuáles son los factores determinantes para la resiliencia de un pueblo o comunidad rural?”, señaló.
El investigador de la Academia para el Desarrollo Territorial Leibniz señaló algunos posibles factores para la resiliencia, algunos en la punta del iceberg, como se puede ver en la imagen, algunos en la parte visible, y otras en la no visible, más relacionada con el factor humano, algo que dijo que está “poco promovido”.
Las tres localidades que forman parte de su investigación son Wooler, en Northumbria cerca de Escocia, con poco más de 2.000 habitantes, un lugar agrario, con cierta imagen de dinamismo; Albarracín, en la provincia de Teruel con unos 1.000 habitantes y una apuesta por el valor arquitectónica e histórico “bastante particular y una despoblación brutal”; y Obendorf an der Oste, con 1.300 habitantes, un pueblo que “decidió que necesita ser promotor de su propia comunidad y desarrollo, además de lo que hacía el propio ayuntamiento, liderado por un alcalde que no necesita demasiado protagonismo”.
Fue entonces cuando Adam Hernández hizo su propuesta de modelo de resiliencia como una herramienta de consultoría rural, proponiendo tres perspectivas, nueve dimensiones y 33 factores clave en un concepto, comentó, bastante “positivista o idealizado”. También señaló que se trata de un trabajo en continuo estado de optimización. Estas tres perspectivas son las Relaciones humanas vitales, los Agentes, estructuras y procesos efectivos, y Soluciones con futuro.
Estas perspectivas se subdividen en nueve dimensiones. Dentro de las Relaciones humanas vitales: relaciones y redes sociales; valores, actitudes y creencias; y diversidad e integración. En Agentes, estructuras y procesos efectivos: cuestionar rutinas pasadas y crear algunas nuevas; procesos de toma de decisiones y acción colectiva; y personas y organizaciones clave. Y en la tercera Soluciones con futuro: aprendizaje y autoreflexión colectiva; equilibrio económico, ecológico y social; y servicios e infraestructuras básicas para la población rural. En la presentación aportada al final de este texto se puede consultar el desarrollo de estas perspectivas.
“La resiliencia invita a mirar bajo la línea de flotación del desarrollo rural”, aunque recordó que se trata de unas recomendaciones “un tanto idealizadas”. Sin embargo, es importante fijarse en lo que está por debajo de la línea de flotación, “lo que vuela por debajo del radar, y no tenemos las herramientas para trabajarlas”, señaló Alistair Adam Hernández, que cerró su intervención lanzando la pregunta a los asistentes de si hablamos “sólo de sobrevivir a las crisis o, quizá, también de crecer con ella, de la mano del Leader”.
Vídeo de la intervención (que está incluido en una lista de reproducción que recoge todas las webinares sobre el Leader en otros territorios)
Puedes consultar la presentación en este enlace.
La semana que viene compartiremos charla con el investigador FPU en el área de Derecho Administrativo de la Universidad de Oviedo Diego Rodríguez Cembellín, que nos hablará de ‘El Derecho ante la burocracia. Instrumentos y propuestas para las Administraciones Públicas’. Es imprescindible la inscripción previa.