Hace un par de meses el Consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial del Principado de Asturias, Alejandro Calvo, afirmaba que el mundo rural actual seguía siendo un ecosistema humano poco atractivo para el sector juvenil de la población asturiana: “La situación viene de décadas y va a costar revertirla, es el gran reto que tenemos en la Consejería” afirmó en un ejercicio de sinceridad política y compromiso con el medio que le vio nacer. El concepto rural se ha asociado históricamente (y socialmente) con la agricultura y la ganadería: explotaciones agropecuarias, cooperativas de consumo y producción, explotación forestal etc. Desde una perspectiva constructiva y contemporánea debemos reconocer que el mundo rural asturiano (español y europeo) se ha visto transformado radicalmente. Debemos abogar por la creación progresiva de un tejido productivo económico diversificado y socialmente responsable.
Hace décadas… ¿Quién iba a pensar que un joven rural podría conocer gente situada a miles de kilómetros, mantener una relación a distancia o realizar un pedido online y recibirlo a la puerta de su casa como muy tarde a los dos o tres días sin realizar ningún esfuerzo? Ante las nuevas circunstancias, debemos replantearnos qué medio rural queremos co-construir para nosotros, así como para las generaciones venideras, evitando cualquier sentimiento romántico que pueda distorsionar la realidad histórica y social de nuestros pueblos y aldeas.
Llegados a este punto, debemos reflexionar acerca de las tipologías de personas jóvenes que nos encontramos en nuestras zonas rurales de Asturias: a grandes rasgos, podemos identificar aquellos jóvenes vinculados por sentimiento, por lugar de residencia o por el desarrollo de la actividad profesional; por otra parte, los jóvenes que residen en localidades periurbanas y finalmente, aquellos jóvenes plenamente insertos en las dinámicas urbanas y globalizadas que ven en el mundo rural una alternativa vital. En algunos casos, tendrán que crear esos vínculos humanos y en otros muchos, reforzarlos. La pregunta esencial a este respecto sería: ¿Por qué debería la juventud vincularse al medio rural asturiano? Si algo nos ha demostrado la actual crisis sanitaria y social del Covid-19 en España (así como en el mundo globalizado) ha sido que el modo de vida rural es el ejemplo a seguir si queremos lograr una sociedad más humana, solidaria, sostenible e igualitaria. Las relaciones humanas se basan en la reciprocidad y en la confianza mutua: los jóvenes podrían desarrollar sus proyectos de vida en un entorno humano envidiable, lleno de oportunidades y con garantías de contar con el asesoramiento de las personas del medio, grandes bibliotecas de conocimiento y saber científico.
¿Cuándo debería producirse esta vinculación? Cada persona dispone de sus propios tiempos específicos, siendo conscientes de sus propias circunstancias personales, familiares y sociales: algunos jóvenes podrían continuar con las actividades profesionales familiares; otros podrían salir a formarse a centros especializados u optar por la formación académica-profesional on-line para impulsar actividades económicas innovadoras; otros muchos jóvenes podrían vivir en el mundo rural estando vinculados económicamente en entornos productivos localizados y concretos (por ejemplo mediante el teletrabajo). Como vemos, y es evidente, existen múltiples formas de vinculación. Todas son válidas y todas favorecen el progreso social rural.
En numerosas ocasiones la dificultad reside en hacer una traslación del mundo de las ideas al plano práctico. Por ello, ¿Cómo podría vincularse un joven al medio rural, contribuyendo al mantenimiento de las estructuras sociales y haciendo productivo al territorio?
El Programa de Ayudas LEADER 2014-20 constituye una herramienta fundamental para lograr la vinculación generacional. (1) Aquellos jóvenes que ya sean agricultores y que quisieran continuar con la explotación agrícola familiar, excluyendo el ganado vacuno, podrían optar a ayudas para realizar inversiones en sus explotaciones, con el fin de mejorar el rendimiento económico de las mismas. (2) Otros jóvenes podrían optar por la creación de nuevos sistemas agroforestales de explotación, pudiendo implementarse con posterioridad la propuesta social formulada por Jaime Izquierdo de cooperativas sostenibles e integradas en el entorno social. (3) Muchos jóvenes recién titulados podrían impulsar actividades económicas innovadoras no agrícolas, desarrollando sus proyectos vitales y profesionales dinamizando el medio específico. (4) Y finalmente, las micropymes con menos de diez trabajadores para las industrias agrarias y pymes de actividades no agrícolas podrían optar a las ayudas a las inversiones dirigidas a la creación y desarrollo de empresas.
Para disponer de información más concreta al respecto de estas oportunidades de vinculación puedes consultar la guía elaborada por la Red de Desarrollo Rural de Asturias. Pincha aquí
O el videotutorial didáctico encargado por READER al director de cine valdesano J.K. Álvarez:
Ahora bien, ¿Y si por mis circunstancias personales, profesionales, académicas o vitales no es el momento de emprender en el mundo rural? Si algo nos ha demostrado la historia social de nuestro querido mundo rural asturiano ha sido que a través de la unión social, la colaboración y el apoyo mutuo sincero entre la ciudadanía implicada se han logrado desarrollar actuaciones que han mejorado considerablemente el bienestar social. Algunas propuestas: (1) Reflexionar conjuntamente (jóvenes, adultos y ancianos) para debatir y crear un mundo rural moderno y actualizado es una manera de colaborar el progreso comunitario; (2) Planificar actividades que dinamicen la actividad social es una actividad fundamental: talleres de nuevas tecnologías, encuentros sociales, recuperación del patrimonio etc.; (3) Formándose en los nuevos campos de conocimiento, realizando conexiones con el mundo rural y enviando propuestas a las distintas administraciones para impulsar proyectos de carácter socioeconómico, viables y sostenibles; (4) Participando activamente en la sociedad civil mediante asociaciones, partidos políticos, sindicatos, plataformas; etc. Recuerda: "Toda idea es válida, toda actividad posible". El enfoque territorial de la metodología LEADER, a través de la participación social (a través de los Grupos de Acción Local o partenariado local) permite el establecimiento de estrategias de acción innovadoras a nivel local, regional y nacional. Mediante el indudablemente potencial humano y profesional de la juventud (asturiana y foránea), el apoyo de las estructuras sociales ya existentes en el medio rural, así como el apoyo de las administraciones públicas, podremos vislumbrar un renacer del mundo rural: constituyéndose un espacio socialmente responsable, sostenible, diversificado y cooperativo. La mejor manera de predecir el futuro, es crearlo.
Raúl Carbajal López. Departamento de Filosofía. Grupo CTS, Universidad de Oviedo