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La cultura del territorio protagoniza el Día de la Mujer Rural de Asturias 2025

Ataviada con una montera picona para esta ocasión de gala se presentaba Carolina Castro Fernández en La Benéfica de Piloña en este día tan especial en el que recogería el galardón que la reconoce como Mujer Rural de Asturias 2025. Esta pixueta de adopción y raíces acudía a L’Infiestu acompañada de toda su familia, llegada también desde Madrid para reconfortarla en un día de nervios.

Y es que el 15 de octubre es esa fecha fija en el calendario ineludible ya para muchas y muchos. Este día, declarado internacionalmente como Día de las Mujeres Rurales, se ha convertido en un encuentro auspiciado por la Red Asturiana de Desarrollo Rural (Reader) donde se celebra el emprendimiento rural en femenino, visibilizando esos proyectos que tienen un impacto social y que se convierten en ejemplo para quienes llegan detrás. Y que también ponen en el mapa las múltiples opciones y posibilidades que ofrece el medio rural asturiano, con sus luces y sus sombras. Porque la vida es así.

Arrancaba la jornada añadiendo más sillas de las previstas en un principio y con un recuerdo solidario para aquellos territorios que hoy en día no viven en paz, como es el caso de Palestina o Ucrania.

El primero en tomar la palabra fue el alcalde de Piloña, Iván Allende Toraño, anfitrión de la jornada. Disculpaba al comienzo de su intervención la ausencia del presidente del Grupo de Desarrollo Rural del Oriente de Asturias, al que pertenece su concejo, Ramón Galán Escandón. Y agradecía la elección del municipio piloñés para acoger este evento en un espacio como La Benéfica, ejemplo de cómo un lugar como éste “puede dinamizar los territorios rurales, un ejemplo para Asturias y otros muchos sitios”, señalaba el presidente de Reader, Belarmino Fernández Fervienza, el siguiente en intervenir. Recordaba también los orígenes de esta jornada, “en tiempos del anterior gerente, (Luis Miguel) Rebustiello”.

Reivindicaba Fernández Fervienza el papel de las mujeres, “siempre más emprendedoras y las que primero se plantean cambiar las cosas. Éste es un homenaje para ellas, que mantienen la población y por ese dinamismo demostrado”. Así lo atestiguan las candidaturas que se presentan en cada edición y en el caso de la actual galardonada apuntaba a la migración, a “la gente que se va y vuelve”, y que pone en valor patrimonio como la cultura vaqueira en el caso de Carolina Castro.

“En las zonas rurales hay mucha capacidad de desarrollo económico y dinamismo. Las nuevas tecnologías nos están permitiendo esto, pero lo que no tenemos es gente. Tenemos un marco económico que lo permite, pero necesitamos políticas de retorno”, y puso como ejemplo la medida del ticket del autónomo rural para “incentivar que las zonas rurales sean más competitivas que las urbanas”.

Con un recuerdo a la apuesta del 25% del Feader al programa Leader en Asturias, Fernández Fervienza aprovechó la ocasión para reivindicar, una vez más, los fondos europeos, “sobre todo en estos tiempos que estamos viviendo, cofinanciados por los gobiernos de España y de Asturias”. Y concluyó recordando que “las zonas rurales hemos sido y somos solidarias, pero no podemos llamar guerra a lo que es un genocidio”.

Por su parte la directora de Sector Primario y Agroalimentación de Caja Rural de Asturias, Mónica Fernández Álvarez, señaló la importancia de “homenajear a una de las nuestras, quien con su visión, esfuerzo y su pasión ha hecho visible lo que muchas veces permanece silenciado: la fuerza transformadora de las mujeres que desde nuestros pueblos impulsan el progreso sin renunciar a la esencia de su tierra”. Destacó el hecho de que TuriTaxi Cuideiru, el proyecto de Carolina Castro, “pone en valor un territorio junto con las personas”, a la vez que aporta “un impacto social”, ejemplo de generación de sinergias y dinamización, a lo que sumó la implicación social y cultural, destacando en este sentido la cultura vaqueira, de la que es recuperadora.

Para Fernández Álvarez éste es un “ejemplo de cómo la visión, el arraigo y la voluntad de servicio puede transformar realidades. Estos premios reivindican una forma de vivir, de cultivar territorios, de sostener comunidades. Es visibilizar aquello que muchas veces permanece en la oscuridad. Las mujeres rurales sostienen la vida en los pueblos, diversifican la economía local, cuidan el territorio, promueven la cohesión social y transmiten valores de esfuerzo y solidaridad”.

Un proyecto del que dijo que “redondea el círculo porque de una necesidad cotidiana hizo un proyecto para trabajar y transformar. Se trata de un servicio esencial más allá de trasladar personas. Con creatividad, compromiso y sensibilidad social es posible construir un modelo de desarrollo que combine tradición y modernidad, sostenibilidad y progreso”. De ahí, concluyó, “la responsabilidad de proteger y potenciar el medio rural entre todos”.

Tras dar la enhorabuena a la galardonada, la vicepresidenta del Gobierno y consejera de Presidencia, Reto Demográfico, Igualdad y Turismo, Gimena Llamedo González, también aprovechó para felicitar a la Red “por reconocer el importante papel de las mujeres rurales de Asturias en el tejido social y económico de nuestros pueblos. Son ejemplos que son luz para otras mujeres, agentes claves del cambio con su espíritu emprendedor, su iniciativa y su capacidad de trabajo”.

Recordaba a aquellas mujeres que pusieron en marcha las primeras casas de aldea como economía complementaria. Una iniciativa que, 40 años después, hacen del turismo rural en Asturias “una seña de identidad”, conjugando saberes e innovación. Al mismo tiempo remarcó el hecho de que las mujeres son las principales perceptoras del ticket del autónomo rural. De los 183 registrados el año pasado, 103 son mujeres, “y esto ocurre año tras año”, señalando esta medida del programa Leader como “una herramienta de desarrollo y empoderamiento de las mujeres en el medio rural”. También hubo recuerdo a ese 25% del Feader y el hecho de que Asturias sea la región que más medidas gestiona.

Hizo también hincapié en la importancia de situar a las mujeres en el centro de las políticas y “en especial a las mujeres rurales” e hizo referencia al Estatuto de la Mujer Rural, del que espera una pronta tramitación en la Junta y que nace “con un objetivo claro, que es mejorar las condiciones de vida de las mujeres rurales. Es un paso fundamental y quiero aprovechar para dar la enhorabuena al consejero”. Y añadió que “es un compromiso político y ético con todas las mujeres que han hecho con su compromiso una política de país, una forma de sostener la vida”.

“Las mujeres emprendemos de otra manera, nuestra manera de concebir nuestros proyectos, de organizarnos, de detectar las necesidades es un claro ejemplo que hoy reconocemos en las mujeres rurales”, y puso de ejemplo a Carolina Castro, de la que dijo que “representas lo mejor de esta Asturias, mujer emprendedora, innovadora, solidaria, comprometida. Tu trayectoria es mucho más que un negocio, es un compromiso con el territorio”.

Cerró el turno de intervenciones institucionales la delegada del Gobierno de España en Asturias, Adriana Lastra Fernández, que reconoció el honor de estar en La Benéfica, “templo de lo vivo que está el medio rural en un momento de privatización neoliberalista. Es el momento de decir que el acceso a la cultura, a la sanidad o a la educación es una conquista de la clase obrera y también del medio rural, y hay que defenderlo con uñas y dientes. Enhorabuena a La Benéfica por toda la labor que están desarrollando”.

También señaló la cita ineludible “con la inspiración y la esperanza para quienes creemos en la fuerza del medio rural y en especial del papel transformador de las mujeres que lo habitan”. En este sentido puso como ejemplo las 45 candidaturas presentadas este año. “El esfuerzo personal, la conciencia colectiva y el impulso de las políticas públicas han contribuido a que las mujeres estemos en el centro de la agenda política y social, de la innovación, del desarrollo sostenible y de la revitalización de nuestros pueblos”, afirmó.

Destacó, así mismo, el programa ‘Desafío mujer rural’, “con el que el Ministerio de Igualdad potencia el emprendimiento y la consolidación de empresas rurales lideradas por mujeres”, así como la apuesta con Estatuto de las Mujeres Rurales. Sumó también el programa Leader y reivindicó que “la próxima PAC se siga manteniendo porque es fundamental”.

Confesó sentirse emocionada con el reconocimiento de Carolina, “soy hija de taxista”, y la puso como ejemplo de éxito del Leader para la puesta en marcha de su proyecto. Al mismo tiempo añadió que “con su negocio demuestra que el liderazgo femenino no solo transforma la economía local, sino también la manera en que entendemos el desarrollo rural. En nombre del Gobierno de España quiero expresar nuestra gratitud a Carolina y a todas las mujeres que cada día con su trabajo y generosidad hacen posible que nuestros pueblos sigan siendo espacios de vida, de esperanza y de progreso”.

Y concluyó afirmando que “el desarrollo rural no puede entenderse sin las mujeres, porque cuando una mujer rural avanza, avanza todo un pueblo y todo un país, como así reconoce la Red. Gracias por ese trabajo incansable por un medio rural vivo, inclusivo y lleno de oportunidades”.

Piloña por la igualdad

A continuación se desarrolló un bloque de presentaciones en el que la presidenta de la Asociación Algame, Carolina Carmona Rubio, habló de ‘La importancia del asociacionismo de mujeres en el entorno rural’, realizando un repaso por las actividades llevadas a cabo por esta asociación con la que las mujeres hacen red. Una manera de luchar contra el aislamiento que viven las mujeres rurales por la dificultad de acceso y movilidad a los recursos, que se vio reforzado con la pandemia.

Por su parte, la teniente de alcaldesa Patricia Ferrero Escandón, que disculpó la ausencia de la concejala de igualdad, señaló el Centro Asesor de la Mujer, iniciativa regional ubicado en el concejo y que da asistencia a los concejos de Piloña, Parres, Cangas de Onís, Onís y Parres, como el buque insignia. Mientras que por parte del ayuntamiento se promueven charlas y talleres sobre igualdad, sexualidad y prevención de la violencia de género en colaboración con el IES “con la firme creencia de que la educación y la información son la base para una sociedad más justa y respetuosa”.

Desgranó otras colaboraciones importantes, como con El Prial, un agente clave en el entorno, así como las políticas de emprendimiento con una pequeña línea de subvenciones con especial foco en las mujeres, o las políticas de conciliación familiar, teniendo en cuanta la dificultad añadida en la zona rural y que las mujeres son las que suelen cargar con estos cuidados.

Destacó que la mayoría de usuarias de los diferentes servicios de cultura, ocio y entretenimiento en los diferentes pueblos son mujeres, “y no solo por la actividad en sí, sino también por sentirse acompañadas”.

Y concluyó su intervención felicitando a la Mujer Rural de Asturias 2025 por “ser espejo en el que muchas mujeres debemos mirarnos, por tu valentía por apostar por el medio rural y en una actividad tradicionalmente masculina. Lo que está claro es que cuando una mujer da un paso adelante, el mundo avanza”.

Cultura comunitaria

La Benéfica cuenta con una bonita historia que parece cerrar el círculo hoy día: nació como sociedad de socorro mutuo en 1906, construyéndose el edificio en 1926. Estuvo en activo hasta 1946, para acabar sus días como fábrica de dulces y garaje. Con la compra del mismo por Rodrigo Cuevas, Nacho Somovilla y Jordi Martí y su posterior recuperación, La Benéfica resurge como centro cultural comunitario. Sustentada sobre cuatro inquietudes: la expresión artístico cultural; la acción comunitaria; la lucha contra el abandono y la despoblación de las zonas rurales; y la transmisión de los conocimientos siendo un espacio intergeneracional; ése es el espíritu con el que se quiso organizar esta mesa redonda, con el título ‘Cultura comunitaria creadora de territorio’: esa cultura comunitaria que crea territorio, crea identidad de territorio y con esa reivindicación de la cultura y el ocio para las zonas rurales. Un ocio y una cultura que nace desde y para las zonas rurales.

Moderada por la periodista y locutora de radio Sonia Avellaneda Casielles, contó con la participación de Laura Lara Sánchez, conocida como bitxo en su faceta como ilustradora y mediadora artística, un papel éste que desarrolla en Raposu Roxu, además de ser codirectora del festival Pareesfest; Antía Seijas Vieites, gestora cultura en La Benéfica; y Noelia Romero Fernández, presidenta de la Asociación Gallinero Culturero.

Se trata todos ellos de proyectos pegados a la tierra, que tienen en cuenta las realidades del entorno, las necesidades y demandas de las personas que habitan estos territorios, con la creación también de grupos de trabajo comunitario, “construyendo entre todas un espacio habitado y vivo y que quienes vengan aquí tengan coherencia con el contexto territorial y las personas que están aquí habitando”, explicaba Antía Seijas.

Las tres coincidieron en destacar su propio arraigo en sus territorios, poniendo como ejemplo el sistema de micorizas, como explicaba Noelia Romero, retornada y que puso previamente en marcha una granja de huevos ecológicos, Pitasana, para llevar a cabo su propio proceso transformador de re-arraigo, dando lugar a un festival, Pitafesta, que cumplió ya 10 años. Por su parte desde La Benéfica ponían como ejemplo de proyecto aterrizado desde el territorio a Una señora fiesta, “pensado desde el escuchar al entorno. Se trata de un cuidado que viene de la escucha, de la convivencia y de habitar el pueblo, es algo no invasivo, no se trata de imponer una visión”, y destaca que “se recibió bien porque se concibió desde el respeto”. Un posicionamiento contrario al de los “paracaidistas” que apuntaba Laura Lara. Un trabajo que pasa también “por hacer una labor pedagógica de explicar”.

Esa labor es la de hacerse entender, explicar qué se hace y para qué, pero que, afirma la ilustradora, no se aleja mucho de aquellos trabajos comunitarios que tradicionalmente se realizaban: “cuando se decidía qué se construía entre los vecinos y las vecinas, se hacían filandones, y se arreglaban carreteras… esta fuerza del pueblo de construir su propio espacio y de mantenerlo ya existía”. Que es una manera, no obstante, de trabajar, y mantener, “la cohesión social”.

En cuanto a iniciativas que surgen de abajo hacia arriba, y ante la pregunta de cuánto de independencia o de implicación de las administraciones, la presidenta de El Gallinero Culturero valora “entrelazarnos entre todos; si cada uno va por su lado, se restan fuerzas”. En este planteamiento destacan la necesidad de que “se facilite desde la administración”, aunque trabajando de manera independiente para “hacer lo que sale del pueblo directamente. Pero tiene que haber una facilitación y posibilitación”.

Respecto a la cuestión de la neoruralidad, por su parte Noelia Romero reconocía que es un hecho que las nuevas generaciones están en otra frecuencia y que las personas que llegan no tienen la misma cultura, “y no tiene porqué ser malo siempre y cuando las personas que quedamos sigamos teniendo esa esencia y sepamos comunicarla”. A este respecto apuntaba bitxo que “más que neoruralidad, estamos volviendo… es una nueva mirada desde nuestro sujeto. Pero sí es verdad que hay un movimiento artístico que está recuperando y poniendo en el centro toda la tradición y todo lo que tiene que ver con lo rural. Está atravesando la cultura con la tradición y la ruralidad, y es muy necesario, ya que durante mucho tiempo ha estado en los márgenes. Es una manera de ponerlo en el centro y lo importante es cómo lo ponemos y desde dónde hacemos esa revisión, desde dónde se vuelve al pueblo, si desde un habitar estanco pero que no habitas el pueblo ni generas comunidad. El peligro viene más desde dónde creamos esa gestión cultural y desde dónde habitamos lo rural. No tacharía a los urbanitas que repiten esos patrones urbanitas, sino que sería aprender a habitar de otra manera. Y eso es responsabilidad de los proyectos que crean vínculos. Y La Benéfica es una manera de mostrar otras maneras de relación”.

Que también tiene un cara b, y es la de posible gentrificación. bitxo recordaba movimientos anteriores, como Gentrificación no es un nombre de mujer o Que viene el lobby feroz y señalaba que “sí está pasando en lo rural. Es una especie de sombra que acompaña a los procesos culturales porque atrae a otro tipo de patrón, otro tipo de público”, a lo que Antía Seijas añadía que “y porque el sistema que tenemos ahora mismo es que cuando viene ese lobby, ese monstruo que puede hacerse más grande, eso está súper bienvenido”. Un fenómeno que sucede más en la costa, y a lo que también apuntaba Noelia Romero sobre la importancia de la mochila emocional que traen las personas que llegan: “Se necesita comunidad, arraigo, y hay una herida emocional importante en la sociedad”.

También se abrió el melón de la vivienda, con esa parte emocional que impide a la hora de alquilar o vender, un problema estructural muy grande que se relaciona con el derecho de las personas y la necesidad de que se puedan abrir las casas cerradas. Aquí apuntaron al hecho de los movimientos culturales como motor de cara al asentamiento poblacional, lo que generará más recursos: “necesitamos casas para las personas que están esperando venir a vivir al pueblo, no ya tanto buscar gente que quiera venir a vivir. Todo esto ocurre moviendo cultura que vincule y que cree y comunique dónde estamos”, reflexionaba Laura Lara. Pero todo en un contexto, donde las personas sean responsables de saber dónde se van a ubicar, aunque reconoce que “cuando vas a un barrio en una ciudad, nadie te explica cómo tienes que vivir, qué tipo de valores hay, el idioma que se habla y cómo se relacionan las personas. Pero en el pueblo necesitamos que nos lo cuenten”.

En relación a esto Noelia recordaba que “ser de una casa es como ser de algún lado, por ejemplo ser de Ca Acougo (su proyecto de coliving en Bual). El peligro de la gentrificación es ése, “a quién le venden la casa y qué van a hacer con ella, porque montan un air bnb y se largan. Lo que veo muy poco son ganas de alquilar para repoblar el pueblo”.

Detrás de todo ello se encuentra también el reforzamiento del orgullo de ser de pueblo, de pertenecer a una comunidad, de poder tener una conversación al calor de un café: “sube la autoestima cuando le das voz a la persona. Le das un lugar. Al final es todo el rato es eso, el escuchar, juntarse”, pone el acento Antía Seijas. Una manera de trabajar también esa herida con el orgullo rural que las participantes resaltan, pero al mismo tiempo son conscientes de ese doble filo que supone un sistema que “genera capitalismo de ello para sacar partido”.

Una de las conclusiones a las que se llegó es que la cultura crea territorio, pero también el territorio crea cultura: “Se retroalimentan. La cultura y el territorio es lo mismo, lo que se hace para cuidar la tierra es cultura también”, matizó la gestora cultural de La Benéfica. De ahí también la importancia de utilizar el pueblo para vincularse con el territorio.

Para cerrar la mesa se trató el tema del éxito, esos planes de futuro que marcan los proyectos. La primera en intervenir fue Laura Lara, que señaló que “se trata de un camino bastante difícil”, de ahí que esa proyección sea incierta, por eso la necesidad de ir a “pasitos pequeños e ir despacito, que es como se tiene que ir. Hay que tocar tierra, territorio. Con proyectarme hacia mañana y seguir trabajando con herramientas artísticas, yo creo que bien. Ésa es la fotografía final por ahora”. En este sentido se manifestó también Antía Seijas, que afirmó que “me resuena mucho lo que dice Laura. Pienso en el futuro y en la palabra éxito y me da como… no sé muy bien qué significa. Ahora mismo es un momento muy bonito para mí y en La Benéfica. Que nos podamos sostener de manera amable con nosotras y el territorio”, así fue como lo resumió.

Por su parte, Noelia Romero señaló que “éxito para mí es poder vivir en el pueblo, estar acougada (palabra que en eonaviego significa estar en calma). Y si conseguimos que el pueblo no se muera, a través del arte y la cultura, para mí sería el exitazo de mi vida”.

Entrega del galardón

El acto central de la jornada llegaba con la lectura del acta del fallo del jurado por parte de la técnica de Reader y secretaria del mismo, Paz Álvarez Rosal. El jurado, reunido el 25 de septiembre, valoró “el gran impacto social de un proyecto que pone en valor un territorio, junto con las personas y el patrimonio que lo integran, con gran peso de la cultura vaqueira”. A continuación se visionó el vídeo de presentación de la galardonada, tras el cual se le hizo entrega de la escultura conmemorativa, obra del artista asturiano Kiko Urrusti.

En su intervención, marcada por la emoción, Carolina Castro agradeció el acompañamiento recibido, afirmando sentirse “muy querida, muy nutrida” y tuvo un recuerdo para Gaza y Ucrania.

“Gracias por la elección, sigo procesando todo. Gracias al CEDER Valle del Ese Entrecabos con Eloy (Rodríguez Arrizabalaga, su gerente) a la cabeza. No se puede tener más paciencia, siempre estuvo ahí, me apoyó muchísimo. Todo esto parte de mis padres, de una familia, de un piso de Aluche donde sonaba la gaita. Me enseñaron el orgullo. Me siento muy privilegiada por acabar viviendo donde siempre quise”, afirmó, haciendo extensivo el premio a ellos y también a su marido “por apoyarme en todas las chaladuras”.

 

Terminó su alocución con una adaptación de dos estrofas de La Danza de La Cadorna “para que tenga todo el sentido aquí hoy”, para lo que pidió la colaboración del público.

Clausura

Y concluyó la jornada con la clausura del consejero de Medio Rural y Política Agraria, Marcelino Marcos Líndez, que reconoció que “el campo asturiano no se entiende sin las mujeres. Habéis sido y seguís siendo un pilar fundamental y ejemplo de fuerza, trabajo y compromiso, auténticas guardianas de las tradiciones”. Pero a pesar de ello “el rural ha sido un medio invisible, infravalorado para las mujeres”. Para contrarrestar puso como ejemplo que se ha impulsado el Estatuto de la Mujer Rural como “respuesta a una necesidad que es reconocer, visibilizar y dignificar el papel esencial de las mujeres en el medio rural”.

Con este texto se pretende “garantizar que la igualdad no dependa del lugar donde se viva. Que en pleno siglo XXI ser mujer y vivir en el campo no sea una desventaja, una condena a la precariedad o el aislamiento. Es una ley que se apoya en tres ejes fundamentales: la igualdad de oportunidades con campañas de sensibilización y que favorezca la presencia de las mujeres en los órganos de decisión; la formación y el empleo, impulsando ese liderazgo femenino en la titularidad compartida, el emprendimiento, la profesionalización; y la conciliación y la corresponsabilidad que recogerán ayudas específicas para quienes cuidan de menores, mayores o personas con discapacidad”.

Marcos Líndez calificó al Estatuto como “una herramienta para frenar el despoblamiento desde la igualdad porque no habrá repoblación sin que las mujeres se queden y lideren desde la tierra. Hay que aprovechar una jornada como ésta para poner en valor las ayudas Leader y FEMPA: son auténticos motores de desarrollo rural en Asturias y el gran trabajo desde los once GDR son la muestra de cómo trabajando de la mano Administración y sociedad civil se pueden hacer las cosas bien y que revitalicen el medio rural asturiano”.

Recordó también iniciativas como el ticket rural o el del asalariado, y señaló las 202 solicitudes de esta medida presentadas en la convocatoria recién cerrada. Cifras, dijo, detrás de las que hay historias, como la de Carolina, “con una iniciativa que recupera por un lado tradiciones y por otro contribuye a mejorar los servicios. Eso es un gran impacto social que va mucho más allá. Mujer solidaria, comprometida y valiente. Gracias porque eres un ejemplo para muchas mujeres y hombres que queremos seguir viviendo en el medio rural como fuente de oportunidades”.

El consejero insistió en que “el futuro del medio rural asturiano se escribe en femenino y que tenemos que seguir trabajando en común administraciones y sociedad civil. La igualdad no tiene color político, ojalá cuando se vote el Estatuto se vean realmente esas 45 luces en verde porque no es una ley de un gobierno, es una ley para Asturias, para el futuro, para sus pueblos, para las mujeres que merecen ser reconocidas como lo que son, parte esencial de nuestro presente y que juegan un papel fundamental en nuestro futuro. Es justicia y responsabilidad, y estoy convencido de que esa siembra dará fruto en el futuro”.

El broche final a la jornada lo puso la cantante y multiinstrumentista Vero Rubio, que agradeció la invitación a participar en la jornada con aviso de última hora al ponerse enferma Zarzamora, cantautora invitada en un principio.

Puedes revivir la jornada de nuevo bien a través de nuestros vídeos o de las fotos:

Visiona aquí la lista de reproducción en Youtube.

Y aquí la galería completa de fotos en Flicker por David Aguilar Sánchez.

Fuente: Red Asturiana de Desarrollo Rural

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