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“La protección de una parte importante del medio rural no siempre ha seguido unos criterios razonables impidiendo el desarrollo de actividades productivas”

Entrevista al Presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), Severino García Vigón, publicada en el número 21 de la Revista Escardar.

  ¿Qué presencia tiene el medio rural en la Federación Asturiana de Empresarios?   El medio rural asturiano tiene una presencia importantísima y de peso en nuestra federación, ya que son muchas las asociaciones empresariales que, en torno a actividades económicas arraigadas en las zonas rurales, como la ganadera, la agroalimentaria, la forestal, la maderera, etc., se encuentran integradas en FADE. Asimismo, se han configurando, desde hace más de 10 años, dos mesas de trabajo destinadas al sector agroalimentario y al sector forestal y de la madera, que integran a asociaciones de toda la cadena productiva y con gran arraigo en el medio rural. Desde estas mesas, con presencia además en nuestro comité ejecutivo, se trabaja y defiende la actividad productiva de las comarcas rurales asturianas.   Desde un punto de vista puramente empresarial, ¿cuál es la situación las zonas rurales de la región?   El medio rural ha tenido un desarrollo más o menos irregular, con zonas próximas a los núcleos urbanos en las que se han desarrollado nuevas actividades como el turismo rural, zonas con cierto grado de industrialización y empresas que se han especializado en productos dirigidos no sólo al mercado regional sino también al nacional e, incluso, internacional. Y una última área más abandonada y menos avanzada, en la que la que además las condiciones de vida se alejan de los estándares de la zona urbana.   Asimismo, una parte importante del medio rural se encuentra protegida, no siguiendo siempre criterios razonables e impidiendo el desarrollo de actividades productivas agrícolas, ganaderas y forestales sostenibles que pudieran conllevar un mejor mantenimiento de estas áreas y una mayor riqueza para sus pobladores. Un caso paradigmático es el monte, un recurso totalmente desaprovechado.   Estamos ante un nuevo escenario rural europeo y asturiano, sometido a una profunda e importante regeneración protagonizada básicamente por su especialización hacia la producción de calidad.     ¿Qué singularidades destacaría del medio rural asturiano para competir en los mercados globales?   La principal singularidad es que en Asturias conviven empresas que son líderes en el mercado nacional con otras de menor tamaño que elaboran productos de excelente calidad, configurando una estructura empresarial de gran importancia para la economía de nuestra región. Y si algo caracteriza a estas empresas es la calidad de sus productos y su identificación con Asturias como parte de esa “marca” de calidad. Esto avala sus enormes posibilidades de crecimiento, apostando para ello en innovación y tecnología avanzada.   Entonces, ¿la calidad podría ser una salida a los pequeños productores rurales?   Sin lugar a dudas, porque si algo caracteriza la producción agroalimentaria de esta región, como ya indiqué anteriormente, es la calidad y es por lo que se debe seguir apostando, como elemento diferenciador en el que competir en mercados cada vez más globales, con demandas crecientes en países emergentes por aumentos de población pero recortándose en los más desarrollados, y con producciones masivas a costes más bajos. Además, estamos convencidos que esta manera de trabajar, apostando por la calidad, estimula la creación de nuevas empresas y la consolidación de no pocas de las ya existentes en un territorio eminentemente rural.   Las nuevas exigencias de capital que la Unión Europea (UE) ha impuesto a la gran banca española (ampliar en 26.000 millones sus recursos propios) han amplificado la alarma que ya existe entre las empresas asturianas por las dificultades de acceso al crédito. ¿Le parece una situación especialmente preocupante para las pymes asturianas?   El problema del acceso a la financiación, con el que estamos especialmente concienciados, no tiene fácil solución. Evidentemente, lo más sencillo es culpar únicamente a las entidades financieras por haber "cerrado el grifo" y exigirles que lo abran, pero creo que la situación es mucho más complicada que eso. Por una parte, debemos reconocer que los agentes españoles (sobre todo los privados, familias y empresas) habían acumulado un endeudamiento excesivo en los años de expansión, por lo que ahora se están viendo obligados a un proceso de desapalancamiento forzoso. Nos habíamos acostumbrado mal, y parte de nuestro crecimiento estaba basado en la financiación externa. Difícilmente volverán tiempos de crédito tan abundante. Por otra parte, debemos ser conscientes de las dificultades que las propias entidades están teniendo para refinanciar su deuda en los mercados, a lo que se une la aplicación de los nuevos requisitos financieros más exigentes que deben cumplir. Prestar dinero es su negocio, así que imagino que volverán a hacerlo a medida que vayan saneando sus cuentas y la situación se vaya normalizando.   Dicho esto, también es cierto que la reestructuración de nuestro sistema financiero debería ser más rápida para agilizar la solución del problema y que es posible que diversas entidades no estén cumpliendo como deberían. El fuerte endeudamiento del sector público tampoco contribuye a liberar fondos para la financiación privada, otro motivo para reconducir las cuentas públicas. La mejora en el funcionamiento de los instrumentos con los que cuenta la Administración para facilitar el acceso a la financiación (Instituto de Crédito Oficial, Sociedades de Garantía Recíproca, Sociedades de Capital Riesgo, etc.) también podría ser una ayuda importante para aminorar el problema.     Años atrás los jóvenes abandonaban el campo y se iban a la ciudad para trabajar en la construcción y en los servicios. Actualmente este modelo ha quebrado, y algunos de estos jóvenes retornan al medio rural por necesidad. ¿Cómo podríamos reconvertir esa necesidad en una oportunidad para las comarcas rurales?   Generando nuevas actividades o retomando las ya existentes pero con un mayor grado de especialización y modernización, siendo sostenibles y haciendo del campo un espacio natural que genere riqueza. Estos jóvenes tienen acceso a mayores oportunidades formativas, a otros medios técnicos, pueden y deben apostar por el campo como un nuevo medio y oportunidad de trabajo. Sin embargo y para que esto ocurra, soy muy consciente en que se debe de avanzar en la mejora de las condiciones de vida del campo y su equiparación con los núcleos urbanos, para así conseguir un mayor arraigo de la juventud a las zonas rurales y un mejor desarrollo profesional. En este ámbito, sectores como el de las nuevas tecnologías tienen mucho que aportar.   Según su opinión, las mujeres en el medio rural sufren ¿falta de oportunidades laborales o falta de igualdad de oportunidades en el medio rural?   En un contexto económico como el actual, toda la población sufre los estragos de la falta de oportunidades laborales, no digamos las mujeres en el medio rural, en las que además podemos encontrar esa menor igualdad de oportunidades que en los núcleos urbanos, con unas condiciones de trabajo además más duras. Sin embargo, no son pocas las que con su dedicación y espíritu emprendedor están sacando adelante sus economías familiares, creando nuevas empresas productoras, pequeños negocios que van desde la elaboración de productos agroalimentarios hasta productos artesanales, turismo etc. revitalizando actividades ya abandonadas y apostando por el medio rural asturiano con esfuerzo y mucha energía. Encuentro en las mujeres rurales el colectivo en el que, con su emprendimiento y trabajo, puede apoyarse una parte importante de la economía rural asturiana, generando nuevas actividades y empleo y, además, consiguiendo ligar aun más a la población a estas zonas.   Pese a la situación de crisis económica, la industria agroalimentaria se presenta como uno de los sectores económicos más sólidos. De hecho se apunta que en los próximos 20 años se prevé que la producción aumente el 50 %. ¿Se podrá asumir ese reto teniendo en cuenta que para que esto ocurra debe fluir el crédito, ajustar las estructuras a las demandas y apostar por nuevas iniciativas tecnológicas que permitan adaptarse a los nuevos hábitos de consumo?   A nadie se le escapa que la industria agroalimentaria tiene y ha de tener un protagonismo especial a corto y medio plazo, para lo que se debe trabajar en profundidad de cara a mejorar su competitividad apostando por la innovación y la apertura de nuevos mercados. Formación, mejores redes de comercialización de productos y servicios, optimización de recursos, mejor acceso a financiación, nuevas tecnologías, etc. son apuestas básicas en una industria como la agroalimentaria, en la que hay grandes expectativas puestas. Se enfrenta a un importante reto como es la de suministrar alimentos con mayor seguridad alimentaria, sostenibilidad medioambiental y de calidad pero a la vez compitiendo en un mercado cada vez más abierto.   Además de reforzar los aspectos comerciales, deberá abordar mejoras de estructura, especialmente en cuanto a dimensión, para aprovechar el acceso a los mercados y la innovación tecnológica. El reto es complicado, y en este contexto de crisis económica aún más difícil, pero no es imposible, por lo que todos tenemos que arrimar el hombro y apostar y priorizar esfuerzos por un sector al que auguramos un importante porvenir. Ahí tenemos el ejemplo de empresas que son toda una referencia como El Gaitero, CLAS o Reny Picot.   En relación a las iniciativas puestas en marcha para mejorar las zonas rurales uno de los objetivos que se persigue es diversificar la actividad económica en el medio rural para poder generar empleo, sobre todo en aquellos sectores de población con más dificultad como las mujeres y los jóvenes, a través de la explotación de nuevos sectores como, por ejemplo, las energías renovables, las nuevas tecnologías y la atención a la dependencia. ¿De qué manera pueden influir éstos en la economía rural?   En FADE y a lo largo de los años no nos cansamos de repetir que Asturias debe afrontar un nuevo futuro económico más diversificado y, en definitiva, más equilibrado. Esto mismo se traduce para el medio rural. La apuesta por nueva vías de actividad económica y negocio como las indicadas son básicas para generar más riqueza, crear más empleo, mantener la población en el medio rural y generar un valor añadido a la actividad económica que ya existe. Se contribuirá, además, al aumento de renta y mejora de las condiciones de vida de las poblaciones rurales.    ¿Cuáles son, según usted, las debilidades de los/as emprendedores/as rurales?   Un mayor alejamiento de los centros administrativos a la hora de iniciar sus negocios, que les aumenta las dificultades de las ya de por si largos y farragosos trámites para constituir sus empresas, una sensación de mayor abandono y falta de asesoramiento para comenzar su andadura empresarial, algo en lo que esta trabajando decididamente la Cámara de Comercio de Oviedo.    ¿Es importante crear una cultura emprendedora desde la escuela?   A pesar del intenso esfuerzo realizado en los últimos años, los valores asociados al espíritu emprendedor continúan estando, por lo general, muy poco instalados en la cultura social, laboral y educativa asturiana, produciéndose de ese modo una notable brecha entre las aspiraciones y expectativas de la población más joven y la compleja realidad de los actuales mercados de trabajo. Por lo tanto, y en cuanto a la promoción del espíritu emprendedor como factor estratégico se refiere, es necesario consolidar e incorporar en los distintos niveles educativos (educación primaria, secundaria, universidad y formación profesional)  módulos formativos que estimulen el espíritu emprendedor y las vocaciones empresariales, que permitan a los estudiantes adquirir nociones básicas sobre el proceso necesario para crear una empresa y para analizar la viabilidad de proyectos empresariales. En este campo, creo que Valnalón ha sido un ejemplo a seguir.    Frente a las empresas urbanas, ¿cuáles son las desventajas de los empresarios rurales?   Entre otros podemos destacar la heterogeneidad procesos y calidades de las empresas, su frecuente atomización, las dificultades que encuentran en las labores de comercialización, y posibles mayores carencias en los aspectos técnicos de la gestión.    El territorio rural se está consolidando como un nuevo sector para emprender. ¿Cuáles son –según su opinión—las principales necesidades empresariales de las comarcas rurales?   Apostar por las nuevas tecnologías para incorporar innovación a los procesos productivos de las empresas rurales, formación adaptada a las necesidades de los empresarios rurales, tanto en gestión como para sus trabajadores, mejora de las redes comerciales, y mejora de las condiciones de vida de la población rural para ligarla a este entorno.   ¿De qué forma los Grupos de Desarrollo Rural están potenciando el espíritu emprendedor en los territorios más desfavorecidos, donde la mayoría de los promotores dicen tener más desventajas administrativas, fiscales y de costes?   Trabajando por la concienciación de los agentes, los emprendedores y empresarios del territorio del importante papel que deben desempeñar, aportando el enfoque territorial, e incorporando la participación de la población local en los procesos de planificación y toma de decisiones, así como en su labor de asesoramiento, apoyo financiero y soporte a estos emprendedores que, consideramos, debe reforzarse aún más.   Un Grupo de Acción Local (Grupo de Desarrollo Rural, en Asturias) es mucho más que una entidad de apoyo financiero a proyectos promovidos por promotores locales. Su principal misión es detectar las oportunidades de las comarcas y promover iniciativas muy diversas. ¿Son estructuras a consolidar en las áreas rurales?   Si, siempre y cuando se dejen acompañar de la experiencia y aportación de los representantes de los sectores productivos y empresariales, que son quienes más y mejor conocen las posibilidades de nuestro medio rural y su problemática. Han de apostar, además, por el equilibrio territorial, ejecutando nuevos proyectos de innovación rural para mejorar el futuro de sus comarcas.       READER
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